4.12.07

Caramelo.

Algo exquisito y empalagoso
Te podría gustar
Prueba un poco
Con suerte, quieres más.
A quien quiero engañar
es tan dulce que marea
te superó... y no vulves por acá,
debería aprender a vivir con eso
es una derrota necesaria
demasiado dulce para resultar.

2.2.07

el Loco

El loco se mantuvo oculto entre los mas profundos pensamientos, se le creía intelectual, se le decía soñador, admirado por muchos, “un caballero”, la gente acudía a él para consejo aunque habitualmente se encontraba solo en su jardín en el disfrutaba de los colores y formas como también de los pequeños cambios que parecían no afectar la armonía del lugar, esto le proporcionaba seguridad y en su quietud podía pasar tardes enteras esperando como había visto en una de sus asiduas lecturas que en un momento del día lo hermoso fuera feo y así caían las hojas de su Magnolia y luego florecía pálida y fría como nieve el tiempo corría a una velocidad garrafal cambiando todo sin remedio, así un día en una criatura extraña se convirtió, su cerebro aparentemente inerte, reflejaba un estado morbosamente oscuro de su mente, aburrido de la comprensión, sintió que iba por sobre todas las mugres superficiales de la humanidad, se dio cuenta de pronto que no necesitaba nada de esto en ese momento cuando su pensamiento se vuelve su verdad, y nace “el loco”.

Su historia es un enigma, mezcla de verdad y mentira, de lucidez e irracionalidad, su espíritu a minutos exaltado nos narra maravillosamente historias como seguros recuerdos que él protagoniza con una poética trasgresión, un bello lugar lúgubre acoge sus sueños por el día y por las noches lo despiertan susurros cercanos que no logra reconocer, lo atemorizan, los sigue soñoliento en el interior de su morada, le molestan, ¿Qué ser tan desdichado podría osar romper aquel silencio majestuoso? – se pregunta. No hay respuesta. Tantas ideas cruzan por su mente, son como aquellos recuerdos que en el momento exacto de su integridad, en el momento de su plenitud se disipan sin quedar ni siquiera un rastro para poder retomarlos, por mas intentos que haga no vuelve nunca mas a su mente. Su noche se vuelve eterna, un rayo de la hermosa luna atiborrada pasa a través de los barrotes de su ventana lo mira tranquilo por varios minutos y luego en el delirio de una mente desorientada, una especie de mal sueño, se mueve extraño, rápido y confuso, su cabeza se mueve despistada como la de una gallina, mira sin mirar, apagándose en el la ampolletaza de la razón, cruza el portal rumbo al submundo de los marginados, se ve tras metal alineado moviéndose entre sombras, de pared a pared en un paseo lunático, pálido, falto de una oreja, sin afeitar, de cabello oscuro y liso, con una leve calvicie al parecer producida por él, de grandes manos algo maltratadas, sobrepasaba minimamente la estatura promedio, de figura esquelética, su rostro de facciones marcadas, hacia creer que se trataba de una persona severa, aunque verdaderamente en el nada era deducible. Además llevaba una bata de crea blanca cubriendo sus huesudas rodillas de pajarraco artrítico, resaltando sus hermosos ojos rasgados, oscuros y desorbitados, con ojeras de color rojizo y nariz pequeña.

¡Fui ocultado!, este pensamiento lo perturba, crea monólogos interminables acompañados de movimientos tumultuosos del corazón, sus temores vuelven agitados, se obliga a no sentir, desafiando la lógica, sabe que es sentimental, es esa una causa de su condición, a pesar de todo olvidó los únicos hechos carentes de duda, aquellos llenos de sensaciones los de su primer período de vida y todo vuelve a empezar. Se siente feliz, nada lo limita, encontró trazos de eternidad, de salvación y libertad en su locura, la suya es soberano de un reino solitario.