1.8.09

Mi Felicidad y Yo

Cuando mi felicidad y yo estamos solas bailamos, somos geniales, nos vemos libres, brillantes, rebosantes, hasta que nos agotamos y ella me dice que no es completa conmigo, entonces yo pienso en mi tristeza que es más bella y mejor amiga que mi felicidad, pero no le digo nada y trato de animarla, le busco a alguien más, en esa búsqueda me lleno de esperanza que es como una intermediaria, una especie de celestina entre mi felicidad y yo. Finalmente encuentro a una persona y parece que salieran fuegos artificiales, se la presento y ansiosa mi felicidad se muestra reluciente, sin embargo, a pesar de su esfuerzo parece no ser muy bien recibida, en ese momento sin más valor se desprende de mi alma dejándome paralizada con una sensación de aislamiento que llama enérgicamente a mi tristeza que viene a mi encuentro y con sus largos brazos me acoge, me hace sentir plena y en la tranquilidad de su abrigo pienso con nostalgia en aquella felicidad que murió incompleta.

No tan revelador

A veces entiendo al asesino de “corazón revelador” el cuento de Allan Poe, porque lo que sentía ese hombre al ver el ojo enfermo del viejo que cuidaba y que hasta le caía bien, pienso que debe ser similar a lo que yo siento cuando mi tía Ruty hace sonar su boca y suena como cuando una persona da sorbetes a un plato de sopa aunque el sonido es un tanto más fuerte y agudo, creo que da sorbetes a su saliva que pasa entremedio de sus dientes dando como resultado ese sonido que hace que los pelos de mi cabeza se electrifiquen, ya cuando no quiero escucharla y cierro la puerta de mi pieza, a veces ella se sienta y comienza zapatear como un tic -tac del reloj, pero con un ritmo más rápido entonces yo ya no aguanto y si estuviera un poco más loca la agarro asfixio, pero en vez de eso tapo mis oídos y repito “mi vida no corre a ese ritmo, no corre” y parezco tonta, porque ya es para mí difícil seguir el ritmo del reloj, siento que es una carrera de nunca acabar y he querido más de una vez que me dé una pausa más larga para descansar, pero con ese tic-tac de sus zapatitos yo ya no puedo. Sin embargo, me agrada y no quisiera hacerle daño, pues yo no estoy tan loca. ¬¬