1.8.09

Mi Felicidad y Yo

Cuando mi felicidad y yo estamos solas bailamos, somos geniales, nos vemos libres, brillantes, rebosantes, hasta que nos agotamos y ella me dice que no es completa conmigo, entonces yo pienso en mi tristeza que es más bella y mejor amiga que mi felicidad, pero no le digo nada y trato de animarla, le busco a alguien más, en esa búsqueda me lleno de esperanza que es como una intermediaria, una especie de celestina entre mi felicidad y yo. Finalmente encuentro a una persona y parece que salieran fuegos artificiales, se la presento y ansiosa mi felicidad se muestra reluciente, sin embargo, a pesar de su esfuerzo parece no ser muy bien recibida, en ese momento sin más valor se desprende de mi alma dejándome paralizada con una sensación de aislamiento que llama enérgicamente a mi tristeza que viene a mi encuentro y con sus largos brazos me acoge, me hace sentir plena y en la tranquilidad de su abrigo pienso con nostalgia en aquella felicidad que murió incompleta.

2 comentarios:

Gonzalo de Lasa dijo...

Excelente metáfora!!!
que andes bien che

Lola dijo...

¿Pero vuelve la felicidad?

¿O se va para siempre?

A lo sumo, después te quedás en compañía de la soledad. Y ese ya es otro gran problema. Porque la soledad se siente sola pero no admite a nadie más consigo misma.